y que el Papa bendiga mis 26

Esta vez les puse muy difícil a mis seres queridos el poderme felicitar en mi cumpleaños, pues mi auto-regalo fue un viaje a Europa, (seguramente escribiré un post de la maravillosa aventura que fue eso, pero ahora regreso a mi día de nacimiento).

Celebre mis 26 años en la hermosa (ajá ) ciudad de Roma. Lejos de todo lo que conozco.

La única certeza que tenía es que celebraría con un Picnic en algún jardín junto a Gerardo.

Así empezamos el día, con mochila al hombro cargando todo lo indispensable. Quesos, pan rústico, jamón serrano, vino y mi regalo. Y caminamos lo que también puede ser un viaje en metro. Más bien por conocer mejor la ciudad y de paso ahorrar.

Llegamos al vaticano, nos encontramos una fila enorme, pero soportable, con los clásico guias que quieren enjaretarte una visita con explicación y todo el asunto.

Hicimos el recorrido por nuestra cuenta y de lo que más me acuerdo es me quedé con un mal sabor de boca por la actitud de los «señorsitos» del Vaticano. Al momento de entrar a la exposición, hay un tablón con los nombres y periodos de cada uno de los Papas que han existido, en lo personal me gusta tomarme mi tiempo y leer con calma cada que voy a un museo, y lo que me causó enojo y cierto odio hacia los italianos es que son prepotentes porque en ese momento cuando estaba leyendo, los guardias se portaron bastante groseros al pedirme que avanzara rápido . No había gente atrás de mí ni tampoco prisa. pero «no vaya a ser que les gaste sus muros»

Ese día no era domingo por eso no pude ver al Papa dando misa, pero tampoco es como que me muriera de ganas :p

Fuera de ese coraje fue un excelente cumpleaños. Gracias a Gera por acompañarme en ese viaje a Europa y en este viaje por otro año más de vida.